domingo, 17 de abril de 2011

Farandulandia y la Luli love

Un ejemplo actual sobre la historia  de la técnica.






En estos días en que difícilmente podemos desvincularnos del aparato y la actividad informacional, cuando las posibilidades de saber eventos ordinarios y extraordinarios  sucedidos en Bangladesh, Kazajistán o Cabo Verde son altísimas y la internet es el padre forjador y proveedor de la entretención y los contenidos programáticos dispuestos en las parrillas de canales de televisión, radios y secuencialmente al tiraje de diarios y revistas, está vigente y desconociendo si en su apogeo,  el concepto de farándula entendido como un grupo de personas que de forma accidental y mayoritariamente premeditada son aceptadas y consideradas aptas para soportar y comercializar intervalos privados de su vida en un juego perverso y rentable dado miti y mota por  los medios de comunicación y el escrutinio público.
 Históricamente este fenómeno se puede entender como un devenir  de lo que fue la suntuosa y selecta actividad de un puñado de personas pertenecientes a la socia lite económica y “cultural” asociada a un jet set que hace quince o veinte años protagonizaba en el mundo anglosajón las salidas de madre de la princesa de Mónaco o la afección a las drogas de Robert Downey JR y en el contexto criollo a lo más se dignaba a mostrar titulares de este estilo ¡según recuerdo!, la nueva vida de Andrea Tessa en el Arrayán, con foto familiar y del pastor alemán incluida.
El cambio en la morfología de los componentes que la nueva entropía comunicacional nos muestra, posee parámetros y mensajes claros que amparados en la democratización de la información intentan encantar al consumidor a través del concepto de telerealidad, ficcionando o distorsionando por diversos medios la vida de tipos común y corrientes, pues lo que se busca ya no son prospectos de leyenda con una carrera artística exhaustiva desde la niñez hasta la longevidad como antes; si no                sujetos-personaje que sean capaces de amar y sufrir en pantalla, que sean falibles, adorados y odiados con facilidad por una masa crítica hambrienta de ver sus propias vidas reflejadas en él, pero enchuladas con el confeti de la cajita mágica, un ámbito que la sobrecargada teleserie venezolana ya no puede satisfacer y donde momento a momento surgen nuevos innovadores.
Uno de esos sujetos innovadores, porque  ese el  adjetivo objetivo que desde mi perspectiva debería recibir esta persona, es Nicole Moreno la famosa Luli Love, mujer que obedece a un patrón propio de los tiempos que corren y dan como fruto un expedito entendimiento entre ella y el sistema mediático como se le denomina.
 Defendiendo el trabajo de la misma puedo asegurar escudado en la definición que Max Weber tiene sobre la economía y la historia de la tecnología que ella es un ejemplo perfecto de la simbiosis que se genera entre ambos términos, regulados por la relación entre proceso tecnológico, posibilidad de ganancia y la satisfacción de los deseos manifestada en el pago de los procedimientos técnicos que de ella se esperan, es decir  que a través de los escándalos, un acento que raya en la interdicción para una chica que supera los veinte años, sumado a una serie de inversiones asociadas a su anatomía esta persona se las arregla para generar ganancias iguales o superiores a las de cualquier gerente de empresa que se jacte de haber asistido a la Universidad.
La realidad imperante me da la posibilidad de establecer esta suerte de apología, que no se limita a la Luli , si no a un conjunto de personas que semana a semana alimentan este circo romano del cual todos intentan desentenderse  pero que realmente obedece a las dinámicas donde se puede hacer todo lo que un  sistema estatal permite en cuanto a la transmisión de productos televisivos de calidad, que una ves esparcidos y consumidos en el territorio por un amplio espectro constituyen una replica de usos desde el formato televisivo hacia la sociedad en su conjunto, un ejemplo mas de cómo el discurso, la imagen y la intención de un grupo pequeño de personas nutren ahora a través de la tecnología  el conservadurismo mayorazquico de eras pasadas ahorrando las buenas y sanas practicas para unos pocos y estableciendo el jugoso idilio del cahuin, el conventilleo, las figuras efímeras y carentes de fundamento como el modelo a seguir para una gran masa de pasivos consumidores que ven en la imagen de una chica presuntamente tonta, abultada su inteligencia.


miércoles, 13 de abril de 2011

El Big Bang de la administración humana y territorial

o la ceguera de los tiempos recae sobre las disciplinas.






Caminaba desde la casa central de mi universidad hacia la biblioteca, nada nuevo, un día mas… al salir del edificio me encuentro con una gran sorpresa, la facultad de Educación Física de mi institución realizo una intervención urbana tendiente a conmemorar el día de la actividad corporal, bueno hasta ahí todo bien, estaba entretenido viendo las coreografías que estaban realizando los estudiantes, los chicos irradiaban alegría y sacaron a varios de los peatones que por Avenida Brasil circulaban de la rutina, para mi mala suerte y en beneficio de esta publicación tenia que estar al lado de un tipo, precisamente un estudiante de Derecho que no pasaba el segundo año de carrera, que de forma estridente y sin miramientos hizo un comentario burlesco que mezclaba de forma súper habilidosa el baile observado, los puntajes de la prueba de selección universitaria y la función en el mundo laboral de los profesores de educación física.

Lejos de irritarme ante la desafortunada frase del sujeto, en mí despertó un sentimiento de preocupación y me aprontaba a reflexionar respecto a que es lo que construimos como sociedad cuando los actores que de ella son parte establecen un juicio o comentario desde la ignorancia, la opinión heredada de la familia o la convicción de superioridad impostada en condescendencias históricas y culturales, ya que independientemente de la carrera que se curse, la profesión u oficio que se ejerza, los conceptos que ensamblemos respecto a lo percibido tarde o temprano tendrán incidencia en la realidad y posiblemente quien sea peyorativo ante un estimulo fáctico como este, en el futuro será incapaz de valorar la importancia sobre legislar en asuntos como el patrimonio cultural de un pueblo, deportes o salud preventiva.

La segunda razón que me inquieto fue que el compañero dueño y espero, en el futuro, no preso de sus palabras deja entrever un desentendimiento total de los procesos que dieron paso a la disciplina con la cual se ganara el pan durante lo que resta de su vida, pues el Derecho como creación social compleja es la sumatoria no solo de códigos, instituciones, leyes y jurisprudencia, es una maquina que se nutre desde su forma primigenia posada en un tejido dado y forjado por la unificación territorial de los cantos, bailes, creencias y finalidades de un grupo de seres humanos, que más tarde buscarían la forma de sistematizar la justicia, ante este escenario podemos afirmar que algo tan fundamental para nuestra vida como es el cuerpo jurídico y consecuentemente el ordenamiento territorial de las naciones es la expresión más compleja de la sicología social puesta en marcha desde el sapiens-sapiens y si es que no de antes.

La identidad de los pueblos se manifiesta en lo pequeño y cotidiano, una fiesta, un baile, las señora que santigua, la pichanga de calle y el negocio de barrio, establecer o querer desmarcarse de disciplinas dedicadas a la promoción de tales atributos sociales significa traicionar años de costumbre en función de un espíritu personalista y con vocación reduccionista, que posiblemente tenga resultados parecidos a querer reparar una chapa con una gata hidráulica.
En definitivas cuentas este amigo debería pensar que su profesión es análoga a una sesión de baile entretenido donde el jefe de coreografía es el Estado y nosotros meros seguidores de los pasos representados en el escenario de la política y la administración pública.

Sin ánimo de contribuir a más segregación mis palabras nacen, pues todo absolutamente, es asimilación, información y energía desde la realidad, estar consciente de ella es lo que ayuda a mejorar un sistema desde adentro, evitando toda acción heterónoma en la consecución de valores que apunten directamente a la unidad en el concepto de respeto, habitabilidad y bien común en el espacio.

Pues tan justo como recibir el fallo de un juez, es poder sentir dinamismo y satisfacción con tu cuerpo, habitar un barrio sano o poder visitar paisajes amables libres de contaminación.





Sencillo, geográfico e ignorante.

Un zorzal come el primer brote de primavera desde un árbol de ciruelo, una mujer de treinta besa con tintes underground a un joven de diecinueve y dos tipos mueven un papelillo de pasta base bajo las escaleras de un edificio, todo al mismo tiempo, todo en una ciudad, todo en la estructura que nos soporta.
Cada hecho es una suma solidaria de errores, aciertos tristeza y alegría, la trama urbana se extiende mas allá de su forma e infraestructuras, superponiéndose a ellas como una amalgama atmosférica compuesta de lo que Max Weber llama la interpretación causal correcta entendida como la comprensión de eventos sociales a través de aproximaciones metodológicas aceptadas por la ciencia, con animo me gustaría aplicar tales herramientas en la señora que viaja en el metro con cara de poto, las ojeras del habitante periférico y la adicción al mp3 que se ve en prácticamente todos los caminantes de la urbe; pues es sencillo presumir que estar mas de cinco minutos bajo la axila de un individuo en un vagón cerrado le frunce el ceño a cualquiera, levantarse toda la semana a las cinco y media para llegar a tiempo a laburar, pronto te hará parecer una mezcla de mapache con un tallarín cocido y las largas listas de tracks que te entrega un mp3 se convierte en el opio que te saca de circulación un instante y te hace viajar hacia los parajes arábigos de la Shakira, las caribeñas playas atestadas de mujeres de Dady Yankee o cuentas con el permiso de James Hetfield Vocalista de Metallica para volarle los sesos a tu jefe, aunque tu ingles se limite a un colegial “pencilcase”.
Todo esto es asimilado desde mi propia ignorancia, una tan grande que no hay muestreo estadístico que la logre suplir o amortizar, son los pequeños detalles de verdad, que por sencillos son invisibles, pero por ser tantos deberían ser tomados en cuenta para llevar a cabo las decisiones que afectan el sueño, animo e higiene mental de cientos de miles que salen en búsqueda del sustento que mantiene sus mundos locales, la tarea eterna de existir y traspasar vida.